¿Qué tal si todo fuera como salis al viento y perdernos?
¿Qué el sol nos iluminara en un atardecer infinito y las cosas que tanto nos duelen, son dejadas atrás con cada paso?
Una carrera al dolor, al pasado, oliendo el futuro, sintiendo la esperanza latir en nuestras sienes.
Tal vez te encuentre corriendo conmigo, sin hacernos preguntas obvias, ni comentarios trillados, sin palabras de compromiso.
Porque allí donde estamos, no hacen falta esas cosas, son inútiles las palabras,
donde reina la absoluta libertad y la eterna definición del ser, sin dejar ninguna duda.
Aquí somos. Vos y yo. Nadie más.
¿Qué tal una carrera mi amigo? ¿Una que nos lleve más allá de la desesperanza?
Más allá de la soledad, donde me esperas, sin palabras con la vista al frente,
en una carrera por campos que pisamos tantas veces, y ahora nos parecen nuevos,
sobre nuestros muertos que siempre recordaremos con dolor,
y con alegría de haberlos conocido.
Una carrera fuera de la oscuridad, y de las cadenas,
estoy dispuesto a morir por vos, siempre.
¡Corre a mi lado! ¡Que tenemos el aliento eterno de los que se aman por siempre!
La felicidad de sabernos inmortales en la memoria de quien nos ama de verdad,
y el regocijo de sentir nuestro nombre en esos labios que añoramos.
¡Corre a mi lado! Hacia donde nos lleve el aroma de la vida,
lejos de los muertos, de la muerte y la hipocresía,
siguiendo la escencia de los que saben, que cada gota de vida es importante,
que la verdad está en nosotros, en nuestros ojos, en nuestras lágrimas y sonrisas,
en el destello de magia el día que te dije que te amaba,
cuando el sol parecía brillar más solo para mí.
¡Corre a mi lado! En este trotar eterno y sin pausa, hacia la tierra de la esperanza,
hermano lobo, sentime a tu lado, soy tu compañero,
para siempre, vivo o muerto, demonio o fantasma, no te abandonaré nunca.
Si el paraíso es estar con Dios, y Dios es amor,
hace tiempo que la batalla esta ganada.
Porque amo, y estamos juntos.
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