Tuesday, August 16, 2005

ENTREGA


Soy incondicional hasta mis huesos, nadie puede decirme que no.
Tal vez sea mi defecto mas grande,
que no me deja protegerme y que hace que me maltrates,
lo que soy, como soy, hace que no te pueda engañar,
que no pueda mentir, que no pueda escapar, sin que se note.
Te entregué hasta mi alma, mis juguetes, mí música.
Tuve tu religión, veneré tus dioses, casi hasta creerlo, hice tus limitaciones las mías,
pero aún pedías más.
¿Qué más puedes pedir, de quien se deja violar no el cuerpo sino el alma?
¿Qué más?
Sólo el sentirme atrapado me hizo libre, tomar conciencia de mi propia carcel alrededor de tu corazón,
con ladrillos de mentiras, hipócritas fábulas,
¿Qué tan tonto podría ser? Llegando a sentir que era culpable, responsable,
mi presencia justificaba tus males, tu odio, tu dolor,
estando ahí supe, que solo era un pretexto,
que el amor era un pretexto para lastimarnos y hacernos sentir vivos,
la vida era lo que se bebía y respiraba,
la vida no era eso, era otra cosa,
Mi vida convertida en una razón para justificar tu existencia,
tu violencia, tus amores y odios,
mi propia ignorancia, mi entrega.
Entrega, del alma, del ser,
algo que no entenderías aunque tu vida dependiera de ello.
La mía sí lo hace. Y por eso vivo y respiro.
Por eso me fuí,
por eso hoy estoy solo, sin que entiendas y no se porque,
veo en mi cabeza que no debimos lastimarnos tanto,
veo en mi cabeza que no debí darte todo,
veo en mis ojos que soy libre de nuevo,
que despreciaste mi entrega y por ende me despreciaste a mí,
no tengo nada más que hacer a tu lado.
Dejame morir en paz.
Dejame llorar en paz.
Dejame masticar mi odio a mí mismo en paz.
Deja que esta basura se vaya al basurero,
pero en paz.
No más yo y vos.
Dejame morir.