¿Qué harías si supieras que vas a morir?
Si supieras que esta semana vas a dar tu ultimo aliento,
¿Verías por última vez la televisión?
¿Dónde irías?
¿A quién visitarías?
En un esfuerzo traté de contestar estas preguntas, y otras.
Si me miro al espejo y se que hoy es mi último día: ¿Cambiaría algo?
¿Matarías alguien?
¿Besarías?
Trate de hacer una lista de personas para hablar pero no pude.
La sola idea de que me voy a morir vuelve fútil el intento de aclarar algo.
¿Aclarar qué?
¿A quién?
Igualmente me moriría.
Arreglar las cuentas le llaman algunos, no me interesa.
Aquellos que me quisieron saben todo lo que tienen que saber, a mi juicio, sobre mi.
Y los demás no me interesan.
Pensé en dejar cartas.
A mamá, a mi hermana, a un par de amigos: hacer una especie de testamento.
Mi guitarra para fulano, mis disco para sutano, y tal vez mi ropa caridad.
Pedir perdón por una existencia tan vana, eso si se me ocurrió,
por no alcanzar las expectativas de unos cuantos que creyeron en mi,
y finalmente que no haya tumba, eso si.
Maldición eterna para ustedes si hay tumba.
No quiero que se me recuerde de ninguna manera, me cremarán, y listo.
No habrá tumba donde se junten a llorar mi madre y algún otro.
Es un gasto innecesario de dinero y de dolores.
Den es dinero a alguien que lo necesite.
Mis libros, eso mis libros... busquen a un chico que le guste leer y se los entregan, no le digan de mi.
Lo mismo con mis instrumentos. Mi guitarra y teclado.
Todo lo que escribí, absolutamente todo debe ser quemado, mis fotos también.
Todos mis trofeitos de natación, todo lo que tengo guardado en el cajon de mi mesa de luz,
las fotos viejas, mis guantes de arquero, las rodilleras viejas. Todo eso que se queme.
Finalmente, que no haya tumba, por favor, que nadie me recuerde, que nadie llore, un velatorio corto y a otra cosa.